Al pie de las montañas de la aldea Mariño, Guarapao; hoy Valle Nuevo; Bailadores Municipio Rivas Dávila, del estado Mérida; nació y vivió el ilustre tecnólogo popular; Don Luis Zambrano; Permitámonos un breve encuentro con su maravilloso legado conservacionista; al ser uno de los más grandes representantes del reciclaje y el reúso de los recursos considerados por la mayoría como basura o chatarra. Al respecto Don Luis expresó: “La palabra chatarra y la palabra política yo las quitaría del diccionario. Porque la palabra política es útil a los puros políticos y la palabra chatarra no existe porque no hay chatarra lo que hay es negligencia”; por ello sus máquinas eran compuestas por desechos de carros, camiones ferrocarriles, entre otros, bajo este concepto se desarrolla su obra, su pensamiento, su acción social y su invención paradigmática, en la trasformación de los “hierros” en piezas útiles, en poleas y engranajes que resolvían las limitaciones de repuestos y recursos económicos de la época.
Don Luis, Fue el primero en encender una bombilla en esta región y dar luz eléctrica a sus vecinos, movió su trapiche con la primera turbina construida en las montañas, con principios físicos que aprendió desde niño, pues al contrario de los demás, él construía sus propios “juguetes”, Permítaseme esta humilde conclusión “Luis es a la Naranja, lo que la Manzana es a Newton”, la naranja fue su inspiración, aquel día en que clavo paletitas de madera a una de ellas, para verlas girar con la corriente de agua que hacia chocar sus aspas, y así, con mecanismos ideados por él, disfrutaba engranando y transmitiendo movimientos a otras naranjas. Hizo los aportes necesarios para ser útil; siempre inspirador infinitamente optimista; un mecánico debe modelar estos valores en el torno de la vida, para que se aprecien en su obra orientada al desarrollo de su país. En Don Luis sin duda ese ejemplo de disciplina y constancia “No permitamos que la noche se nos cierre al medio día”; enseñándonos el valor de la dedicación puntual, y no dejar las cosas para después. Esto es, decía don Luís “Pensar y ejecutar;” “Aprender haciendo”. Sin duda la esencia viva del objeto y razón de la ingeniería. El niño de la naranja con paletas, el niño del campo, de jugarretas ,de caprichos; Ese pasatiempo hizo de Don Luis, el maestro del agua y sus fuerzas transformadoras, artista de las turbinas; “Un día me dí por cuenta que cuando media el diámetro de los cortes circulares para hacer la rueda donde soldaría las totumitas de la turbina siempre medía tres tantos y un poquito más, después
os muchachos de la universidad me dijeron, eso es el pi (π) y supe que mide 3.1416….” Necesario es para nosotros no dejar de lado la reflexión hoy decimos Ciencia con Conciencia, Don Luis lo dejo claro “Los imposibles no existen”, sin embargo también afirmó, “fácil es hacer un motor, difícil es hacer una lechosa”; en esta frase muestra su inmenso respeto por la creación, por la naturaleza y por el equilibrio infinito y necesario, para la preservación del planeta. Mas adelante, Se atrevió a diseñar y emprender la construcción de un motor rotativo, es una turbina de reacción, su invento más paradigmático, denominado el “Turbo-Zam”, dando en este nombre honor a su apellido, consta de 25 piezas, a diferencia de uno convencional que lo componen miles de piezas, sin embargo no fue terminado por Don Luis pero la factibilidad de este motor ha sido base de estudio para muchos en la universidad de los Andes, y aun espera por nosotros para darle crecimiento a su obra. En 1983 la ULA lo honra con un doctorado Honoris Causa y a partir de allí, ha sido homenajeado y premiado en diversos lugares de nuestro país como uno de los máximos representantes de la tecnología popular venezolana. Teniendo presente sus pensamientos y conociendo al gran Don Luis Zambrano, día a día habrá un mejor ingeniero mecánico venezolano